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Monopolios

Introducción

Cuando un producto o servicio puede ser obtenido de sólo una fuente, generalmente decimos de ella que tiene un "monopolio" para el bien o servicio en cuestión.

Sin embargo, para que la fuente -por ej. la empresa X- sea un monopolio, debe ser capaz de, 1) controlar el precio del artículo o servicio A; y, 2) evitar la entrada a su mercado de posibles competidores. Es decir, que si los compradores prefieren el producto A de esa empresa X a cualquier otro por su precio y/o calidad, y por lo tanto la firma tiene una gran proporción del mercado de A, no por ello califica como monopolio por esas solas razones: su parte de mercado se basa nada más que en la preferencia de los consumidores. 

Teóricamente un monopolio puede ser privado o público; lo segundo significa que es controlado y operado por políticos y burócratas. Pero obsérvese que aún siendo privado, un monopolio no puede existir como tal sin instigación o complicidad del Gobierno. El monopolio es concedido a la empresa privada sólo por ley o decreto del poder público: no hay ejemplo conocido de monopolio privado natural. Hay monopolios privados solamente cuando los gobiernos garantizan privilegios exclusivos, que hacen efectivos mediante amenazas de multas, confiscaciones o penas de cárcel, a cargo de agencias policiales gubernamentales.

Y los monopolios públicos se mantienen por los mismos medios: normas legales establecidas en su propio favor por los Gobiernos, y uso de la fuerza o su amenaza (coerción) por parte de sus agentes.

En Costa Rica, la Constitución prohibe los monopolios de naturaleza privada (Artículo 46, Titulo IV.) Lo cual se desmiente porque los hay muchos en la economía del país, y en diversas áreas, especialmente en la agricultura. Son instigados y apoyados en leyes aprobadas por el Congreso, en abierta contradicción con el texto constitucional. (Se podría preguntar: ¿Y donde está la Suprema Corte de Justicia ...? Pero no habrá respuesta.)

En cuanto a los monopolios públicos, es decir, empresas de propiedad estatal, operadas por políticos y burócratas, y mantenidas a expensas del público -por ej. a través de la tributación obligada-, son legales de acuerdo a la antedicha Constitución

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El papel del Gobierno

La pregunta es: ¿cuál es el propósito y función de todo Gobierno?

Por experiencia y por abstracción, sabemos que la pregunta puede responderse y se responde en distintas y variadas formas. La corriente de pensamiento que llamaremos aquí estatista o autoritaria, cree que el Gobierno debe involucrarse en todo aspecto de la sociedad humana, y que en realidad no hay tal cosa como "vida privada". Por otra parte, hay quienes creemos que cada individuo tiene el derecho a determinar sus propios valores, y a tratar de realizarlos, en tanto no viole los derechos de los demás.

Otras denominaciones para la filosofía estatista: comunismo, fascismo, socialismo. Los socialistas contemporáneos han adoptado otros apelativos, tratando de distanciarse de las fracasadas experiencias del comunismo y el fascismo. Pero aunque Karl Marx ha muerto, sus ideas están aún vivas bajo otros nombres, como "Tercera Vía", "Un Sólo Mundo", "Comunitarismo", y otros términos por el estilo, que mucho confunden a la gente.

El libertarianismo expresa en cambio la defensa de los individuos contra el poder de los estatistas.

Pero antes de responder a la pregunta sobre el papel y función propias del Gobierno y el Estado, veamos otra: ¿Cuál es el propósito de la empresa privada y el esfuerzo individual?

La empresa privada -laissez faire- es el resultado producido cuando unos individuos particulares se comprometen con otros en intercambios y contratos para su beneficios mutuo. ¿Y por qué "beneficio mutuo"? Porque a esos intercambios y contratos ellos llegan de manera voluntaria -o sea, libremente-, sin empleo de la fuerza o su amenaza (coerción.) Por tanto, si todas las partes han concordado sobre sus términos, debe ser porque son de beneficio para todas ellas.

Contrastemos el carácter voluntario de la concertación de intercambios y contratos con algo que obviamente no lo tiene: el robo a mano armada.

El ladrón le atraca a Ud. en plena calle, en su oficina o negocio, o en su casa particular, y bajo amenaza de violencia -coerción- le exige que le entregue algo. No le ofrece nada a cambio; no digamos que su vida, porque su vida es suya: Ud. ya la tiene, y él sólo puede quitarsela.

Ahora bien: ¿qué pasa si Ud. se enfrenta a un tipo "progresista" de ladrón? Supongamos que en lugar de robarle simplemente, tomar lo suyo y llevarselo, y Ud. no lo ve nunca más ... éste sí le ofrece a Ud. algo a cambio. Por ej. le ofrece protegerle a Ud. (o a su negocio o familia) de otros ladrones. O le ofrece col. 50.000 por un televisor que vale col. 150.000. Le roba su propiedad, pero dejandole la sensación de haberle dado a cambio algo de valor igual o mayor; aunque en realidad fue una simple extorsión.

Ahora volvamos al punto del Gobierno y el Estado, y sus propios papeles y funciones.

Cuando el Gobierno se involucra en un negocio, ¿es para beneficio mutuo de las partes, como en un acuerdo entre individuos privados? La respuesta del estatista, autoritario, será afirmativa. La justificará no en unos valores objetivos, dados y recibidos por particulares que contratan, sino en un valor más bien subjetivo, que dan o reciben ciertos grupos. Y ahí está la trampa. ¿Quién determina los valores de un grupo, y lo que es valioso para el grupo? Es más: ¿quién determina quienes lo componen? El estatista dice que él sabe. ¿Por qué? ¡Porque él siempre sabe! Demanda la "justicia social". A través de un juego de manos semántico, y siendo un experto en justicia social, el estatista conoce lo que es mejor para todos y cada uno de los grupos: ricos, pobres, educados, ignorantes, negros, blancos, enfermos, sanos, etc. Observe que el estatista aborrece discutir casos individuales: para él no existen individuos, sino sólo miembros de grupos.

Además, para el estatista las actividades no deberían beneficiar a individuos como tales, sino a grupos. No sorpresivamente, es el estatista mismo quien define estos grupos, y define aquello que les beneficia o no. Objetivos y deseos de los miembros individuales de las entidades colectivas son subsumidos en los personales del estatista que los está manipulando. Al estatista solamente le interesan los "derechos del grupo", y no los llamados derechos de cada individuo.

 

Monopolios de propiedad estatal

Los Gobiernos -el Estado- se manejan y operan en beneficio de los estatistas. Los monopolios de propiedad y operación por el Estado también son gestionados con ese fin. Los estatistas lo justifican en cada caso de monopolio, alegando beneficios para el pueblo, que siempre termina por ser un determinado grupo, sea el de una nacionalidad en particular, o sea con cualquier otra característica en común que ellos elijan definir.

Sin embargo, y volviendo a la definición original de monopolio, según ella el Estado puede demandar y recibir casi cualquier precio por los bienes y servicios monopolizados. Y esto es lo que hace, usando como justificación la "justicia social". Que es entonces el criterio de benficio y pérdida que emplean los contables estatistas: si el monopolio pierde dinero, se recabarán impuestos en algún otro lugar. Y si obtiene unas llamados ganancias, ellas nunca irán a aumentar los ingresos generales, o a compensar la reducción de impuestos; se usarán para legitimar superiores beneficios para los funcionarios y empleados del monopolio, o para comprar más bonos de deuda ... que jamás serán redimidos.

Vale la pena observar que los Gobiernos ya no quieren involucrarse en negocios no absolutamente necesarios para el funcionamiento de la vida civil. El Estado sólo monopoliza aquellos bienes y servicios no fácilmente prescindibles, a los cuales no es fácil renunciar: comunicaciones, energía, agua, puertos o aeropuertos. Ya no intenta monopolizar restaurantes, salones de belleza o talleres de reparación de cauchos. Ha aprendido bien de la experiencia de la Unión Soviética.

 

Conclusión

Los monopolios de propiedad estatal entonces demandan y recaban los precios que a los políticos y burócratas se les antoja. (¿Extorsión?) Por supuesto que los bienes y servicios que proveen son muy necesarios en las vidas cotidianas de todos los ciudadanos; muy pocos pueden prescindir de ellos en realidad.

Pero, como el tipo de ladrón que le ofrece a Ud. algo en retorno, el monopolio estatal le ofrece la ilusión de que Ud. ha recibido algo de valor a cambio. Pero no Ud. como individuo, sino como miembro de un grupo.

¡El Estado le está protegiendo a Ud., lo quiera o no ...!

                                                                                               GW